¡Cuidemos, valoremos una salvación tan grande!
" Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura;
de esta manera peleo, no como quien golpea el aire,
sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre,
no sea que habiendo sido heraldo para otros,
yo mismo venga a ser eliminado"
1 Corintios 9:26-27
1 Corintios 9:26-27
Terrible realidad de los que murieron apartados del Señor Jesús y de los que tuvieron en poco una salvación tan grande
(Extracto de lo que el Señor le mostró en el infierno a Carmelo Bremes)
"...Escuche lamentaciones y me acerque para ver aquellos que estaban ahí en ese castigo, con llamas que parecían como gases...
...aquellos que una vez se pararon en el altar de Dios, predicando el evangelio de Jesús, eran parte de aquellos que alguna vez, sacaron demonios, hablaron lenguas, mas ahora estaban ahí sufriendo siendo torturados porque un día tomaron la decisión de apartarse del camino del SEÑOR...,
estaba viendo como aquellas personas ardían en llamas en lamento y dolor, sentían el dolor, podían hablar y pedían misericordia, (pero el tiempo de la misericordia es hoy)
Después me dijo mira esta calle ancha, vi multitud de creyentes con la biblia en mano levantándola al aire, iban orando y otros gritando, el camino del Señor se partía a la derecha., y seguían al camino al infierno, y yo pregunte al SEÑOR, ¿porque esta situación?...
...Contesto: "viven dos vidas, una en la casa de oración y otra en su casa"
Dije: ¡pero esta gente viene de alabarte!, y me dijo: "si, aunque griten y digan cosas bonitas para mi, su corazón está lleno de adulterio, lleno de maldad, mentira, engaños, odios, y de malos pensamientos, no todo el que me diga SEÑOR, SEÑOR entrara"
En el testimonio del Pastor Adao Campos, de las Asambleas de Dios de Brasil, encontramos esta misma terrible escena, personas que conocieron al Señor pero no vivieron conforme a la palabra del Señor.
El Pastor Adao murió de un infarto fulminante, constatado por los médicos, volviendo a la vida al tercer día, conmocionando a médicos, periodistas, que lo vieron y escucharon lo que él vio, al salir de su cuerpo: El vio al Señor Jesús, que brillaba y por donde andaba dejaba un halo de brillo, vio su cuerpo, que era asistido por los médicos, cuando él salía por el techo del hospital al lado del Señor, vio como descendían a ese habiente de cuidados intensivos, dos ángeles, llevando una bandeja, con bisturís, ellos iban a operar su cuerpo, un trasplante perfecto de corazón y también las venas coronarias que las tenía muy deterioradas,...
Adao, al lado del Señor Jesús, fue descendiendo por un túnel negro, que era iluminado por Jesús. Los demonios huían al resplandor de su presencia, así llegaron, a una puerta grande y Jesús toco, el que le abrió era un enorme demonio, de manos esqueletisadas (de la cintura para arriba era de esa forma) sus ojos dos bolas de fuego y de la cintura para abajo eran pesuñas, este demonio hizo una reverencia al Señor Jesús, así entraron a ese terrible lugar, donde pudo observar como las personas eran torturadas
(su relato es largo, y detallado en portugués pero lo publicaré en castellano)
Lo que les quiero compartir de esta experiencia que Dios le concedió al hermano Adao Campos, es la parte que se asemeja al testimonio de Carlos Bremes: "El hermano, Adao, pudo ver en el infierno, multitudes que un día conocieron al Señor pero por no santificar sus vidas perdieron su salvación: Esas multitudes tenían vestiduras blancas pero manchadas, ellos se encontraban en una explanada, y no podían creer que se encontraban allí.
El Señor Jesús, refiriéndose a ellos, dijo lo siguiente:
- Son aquellas personas que decían "un poquito no hace daño “y mancharon las vestiduras que yo lave con mi sangre.
En medio de ellos había un tremendo demonio que se reía a carcajadas y se burlaba de ellos, empujándolos a un abismo, y ellos no podían creer que estaban en el infierno y trataban de resistirse de ser arrojados a ese abismo y caían de espaldas de costado, pero caían. ¡Esto es terrible, doloroso y real!
Dios les ha permitido ver a estos dos hermanos, estas terribles escenas, para advertir a su iglesia, de no dejar de vivir en santidad pues Dios no puede ser burlado.
"Escudriñemos nuestros caminos
y volvamos a Jehová"
¡Dios les bendiga!