“No podéis beber la copa del Señor, y
la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la
mesa de los demonios.
¿O provocaremos a celos al
Señor? ¿Somos más fuertes que Él?
Todo me es lícito, pero no todo
conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.”
(1ª Corintios
10:21-24)
Queridos y amados hermanos,
San Pablo por inspiración Divina, declara tajantemente que
no podemos participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios. Dijo que
haciendo esto estamos provocando al Señor a celos.
Dios preparó para su pueblo una mesa en el desierto. Al salir de
Egipto, Dios LES CAMBIÓ SU DIETA. Ya
no comían los ajos, los puerros y la carne,
sino el maná que el Señor les
proveyó milagrosamente.
Nosotros
que hemos SALIDO del Egipto espiritual, o el mundo, no debemos comer de la mesa
que prepara el príncipe de este mundo. San Juan describe lo que significa la palabra “mundo” en 1ª Juan
2:16:
“Porque todo lo que hay en el mundo,
los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no
proviene del Padre, sino del mundo”.
El mundo promete felicidad; pero el propósito del diablo es
debilitarnos y despojarnos de la gloria de Dios.
La Biblia enseña que los manjares del mundo son
VENENO para el creyente y explica que el amor al mundo constituye ENEMISTAD con
Dios.
Incluso describe que los
que aman al mundo se constituyen adúlteros y adúlteras y provocan a celo al
Señor: “¡Oh almas
adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra
Dios?” (Santiago 4:4) La Palabra nos amonesta:
“Salid de en medio de ellos, y
apartaos, dice el Señor, y NO TOQUÉIS LO INMUNDO; y yo os
recibiré.” (2ª Corintios 6:17)
El diablo tentó a Cristo en el desierto con su buffet de
TRES DELICIAS, lo mismo que a nosotros. Dios probó a los Israelitas en el desierto para
ver lo que había en sus corazones y vio que algunos se rebelaban y quisieron
volver a Egipto para comer de lo que comían allí.
Cristo también fue tentado en el desierto, pero
VENCIÓ porque tomó el lado de Dios y RESISTIÓ al diablo CONFESANDO la Palabra y
así le hizo huir.
Jesús nos
recuerda como la esposa de Lot volvió su mirada a Sodoma y se convirtió en un
monumento para que recordemos el peligro de volver atrás.
(Hebreos 3:9-14)
9 “Donde me
tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años.
10 A causa
de lo cual me disgusté contra esa generación, y dije: Siempre andan
vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos.
11 Por tanto,
juré en mi ira: No entrarán en mi reposo.
12 Mirad,
hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para
apartarse del Dios vivo;
13 antes exhortaos
los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que
ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
14 Porque somos
hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin
nuestra confianza del principio.”
(La Mesa del Señor Daniel Del Vecchio continuará...)
"Examinemos nuestros caminos...
...y volvamos a Jehová"
Lamentaciones 3:40
Tenemos que negarnos a nosotros mimos, aprender a morir para que EL VIVA, decir como Juan el Bautista, "Es necesario que el crezca pero que yo mengue" Juan 3:30
¡Busquemos a nuestro Padre constantemente a través de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, humillándonos ante su santidad!
¡Dios les bendiga!
¿O provocaremos a celos al
Señor? ¿Somos más fuertes que Él?
Todo me es lícito, pero no todo
conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.”
(Hebreos 3:9-14)
(La Mesa del Señor Daniel Del Vecchio continuará...)
"Examinemos nuestros caminos...
...y volvamos a Jehová"
Lamentaciones 3:40
Tenemos que negarnos a nosotros mimos, aprender a morir para que EL VIVA, decir como Juan el Bautista, "Es necesario que el crezca pero que yo mengue" Juan 3:30
¡Busquemos a nuestro Padre constantemente a través de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, humillándonos ante su santidad!¡Dios les bendiga!